Desafortunadamente, y por cuestión de edad no llegué a tiempo a disfrutar de la época dorada del rock sureño. En mis años mozos reinaban las tribus urbanas y sinceramente, no sé porqué los grupos tenían aquellos semblantes serios y agresivos.
Un día cualquiera descubrí fotografías de grupos en su mayor parte bromistas y sonrientes, cuando no directamente descojonados de la risa. Y aquello me intrigó sobremanera. Pelos largos y sombreros vaqueros, mirada desafiante y un enigma por resolver.
Mi juventud e ignorancia me impidieron saber que eran bandas del sur de Usa, territorio abandonado e incomprendido, y de que un cacahuetero llamado Jimmy Carter fue presidente de los States durante aquella temporada. The south will rise again!
Un día al azar en mi habitación de barrio, y sin proponérmelo, se resolvió la ecuación. Sonaba "Southbound" y un tal Dickey Betts supo dar dictado a mi pajillera mente. En el minuto 1:32 (puedes comprobarlo si quieres) se produjo la catársis. Punto cero de mi existencia, brochazo cerebral para diferenciar lo bueno de lo sublime, mi vida fue diferente desde ese momento. Cadencia armoniosa irresistible que desafía a la matemática, a Bach y a cualquier tontería que escuchara en aburridas clases.
Y de esta forma se resolvió esta ecuación que tambien aclaró mi vida. Ahora comprendía sus risas y bromas. Su música era mucho mejor que el resto y lo sabían los muy cabrones. Y su clara mirada era de orgullo, el sentimiento olvidado por la sociedad de borregos en la que vivimos.
Nada más, os dejo por que empieza "Jessica" y necesito sentirla.
Un abrazo para todas aquellas personas en este mundo que saben apreciar la buena música y que andan descolocadas ante estos tiempos tan cutres que corren. Saludos brothers!
3 comentarios:
Fantástico comentario. Emocionante. Felicidades.
Gran declaración de principios. Me identifico al 100%
Totalmente veridico. Viva el Rock sureño!
Publicar un comentario